El vidrio es un material habitual en arquitectura, diseño de interiores, carpintería metálica y reformas, pero sigue rodeado de confusiones. Algunas ideas erróneas se repiten incluso en entornos profesionales, y aunque muchas no tienen consecuencias graves, otras pueden derivar en errores costosos o en problemas de seguridad.
En este artículo desmontamos algunas de las creencias más comunes sobre el vidrio.
1. Los bordes del vidrio no importan si el centro está bien templado ❌
Este error es más común de lo que parece. Muchos creen que, si el cuerpo del vidrio está bien templado y la instalación es correcta, los bordes no necesitan mayor atención. En realidad, los bordes son el punto más crítico de cualquier vidrio, especialmente el templado.
Una microfisura en el canto, invisible a simple vista, puede actuar como detonante de una rotura bajo presión o durante un cambio térmico. Por eso, el acabado del borde (canto pulido, arista matada, biselado, etc.) es fundamental, sobre todo en aplicaciones estructurales o de seguridad. El canto vivo o mal trabajado es una fuente potencial de fallo incluso si todo lo demás está bien.
2. Todos los vidrios templados se comportan igual ❌
El vidrio templado no es un producto genérico. Su comportamiento puede variar según el fabricante, el horno utilizado, los parámetros del ciclo de templado, el tipo de vidrio base, e incluso el espesor y la composición química del vidrio.
Hay diferencias entre un vidrio templado de uso interior para mamparas y uno destinado a fachadas o barandillas exteriores. No todos tienen la misma resistencia al choque térmico, ni se comportan igual ante una carga puntual. Pensar que cualquier templado sirve para todo es un error que puede acabar en problemas de seguridad o reclamaciones.
3. El tipo de herraje no influye en el rendimiento del vidrio ❌
El vidrio no trabaja aislado: funciona en conjunto con los sistemas de sujeción. Creer que cualquier herraje es válido si las medidas encajan es subestimar la función estructural del herraje en puertas, mamparas, barandillas o cerramientos.
Herrajes mal dimensionados, con tornillería incorrecta o sin sistemas antideslizamiento pueden provocar tensiones localizadas en el vidrio que acaben en rotura. Además, hay que tener en cuenta el tipo de carga (peso, viento, impacto) y el uso previsto (residencial, comercial, exterior…). Por eso existen herrajes específicos para cada aplicación y norma técnica.
4. Cuanto más grueso es el vidrio, más seguro es ❌
El grosor influye en la resistencia del vidrio, pero no garantiza su seguridad. Un vidrio monolítico de 10 mm puede ser más frágil que uno templado de 6 mm o uno laminado de 4+4 mm, dependiendo de su aplicación.
Lo importante es el tipo de vidrio, su tratamiento (templado, laminado, blindado…), la correcta instalación y los herrajes empleados. Para garantizar seguridad estructural o frente a impactos, no basta con aumentar el espesor: hay que elegir el sistema adecuado para cada caso.
5. El vidrio templado es irrompible ❌
A pesar de su alta resistencia mecánica y térmica, el vidrio templado puede romperse. Es entre 4 y 5 veces más resistente que el vidrio normal, pero si recibe un golpe directo en el canto o sufre una presión mal distribuida, puede fallar.
También existe el fenómeno de la rotura espontánea, provocada por inclusiones microscópicas de sulfuro de níquel que pueden expandirse con los cambios térmicos. Aunque es poco frecuente, puede producirse sin impacto ni causa aparente, incluso años después de la instalación.
6. El vidrio puede romperse sin que nadie lo toque ✅
Es cierto. La rotura espontánea es un fenómeno real, sobre todo en vidrios templados. Las causas más comunes son defectos microscópicos no detectados durante la fabricación, como las inclusiones de sulfuro de níquel mencionadas.
Para evitar este tipo de fallos en instalaciones críticas (fachadas, techos, barandillas), se puede aplicar el heat soak test. Este ensayo térmico somete los vidrios a ciclos de temperatura para provocar la rotura de las piezas defectuosas antes de su instalación definitiva.
7. El vidrio se puede reciclar infinitamente sin perder calidad ✅
Una de las mayores ventajas del vidrio es su capacidad para ser reciclado indefinidamente sin perder sus propiedades físicas ni ópticas. A diferencia de otros materiales como el plástico o el papel, que se degradan en cada ciclo, el vidrio mantiene su integridad estructural.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no todos los tipos de vidrio se reciclan igual. El vidrio templado o laminado necesita procesos especiales. En el caso del laminado, por ejemplo, es necesario separar las capas de PVB antes del reciclado. Aun así, el vidrio sigue siendo uno de los materiales más sostenibles del mercado.
Trabajar con vidrio exige más conocimiento del que parece
El vidrio puede parecer simple, pero es un material técnicamente complejo. Saber cómo se comporta, cómo se i
